lunes, 15 de enero de 2018


POBLACIÓN   EN   LA   ALCARRIA






Ya advertimos en este blog no hace mucho tiempo del alarmante desplome de la población en la Alcarria conquense. Y el problema no viene de ahora, claro, sino que se trata, más bien, del final de un proceso que acabará en un par de décadas por dejar más de la mitad de los pueblos desiertos y la otra mitad con un futuro muy negro.

Los datos, extraídos de los balances anuales de población que se publican en el portal La Alcarria es Más, deja bien claro cuál es el panorama. En tan solo dos años La Alcarria de Cuenca ha perdido más del 6% de su población.

Los casos de Cañaveras, Canalejas del Arroyo, Huete, Priego ,Villas de la Ventosa o el mismo Villar y Velasco son muy preocupantes. 

De los 42 municipios alcarreños de la provincia de Cuenca (que agrupan a 68 villas y aldeas), tan solo uno, Huete, supera los mil habitantes, y nada menos que 17 se mueven ya en los dos dígitos, lo que augura un futuro inmediato más que negro, pues no se vislumbra relevo alguno. La caída demográfica va en picado, y lo peor es que no se aprecia signo alguno de que pueda revertirse esta tendencia.

Los medios y resortes para frenar esta hecatombe no están al alcance de la gente de los pueblos. El componente humano que puebla estos pequeños núcleos lo forman en su mayor parte ancianos, algunos campesinos que bastante hacen con subsistir tal como andan las cosas, y un puñado de pastores. La palabra la tienen los políticos, pero mucho nos tememos que las acciones llegarán tarde, cuando nuestros pueblos sean montones de ruinas de los que se enseñoreen los zarzales y los escaramujos.

Me temo que para salvar estos pueblos habrá que ser imaginativos, pues veo cómo las acciones emprendidas hasta ahora no están ajustadas a la problemática de esta tierra. 

El CEDER , Centro de Desarrollo Rural, que dirige sus acciones a la comarca de la Alcarria conquense y cuyos propósitos, nadie lo duda, son encomiables, lleva casi 24 años estudiando la comarca y tratando de promover cualquier tipo de acción que permita conservar los bienes culturales, tanto tangibles como intangibles, así como intentando atraer hacia esta zona deprimida los recursos necesarios para su sostenimiento y despegue. Y nos consta que se han hecho cosas, pero, a pesar de todo, ya lo ven, el derrotero que siguen estos pueblos va directo al abismo de la desaparición.

Ahora, una vez más, las administraciones ofrecen , poco, pero ofrecen, la oportunidad de participar en algún proyecto. A través del plan llamado Estrategia de Inversión Territorial Integrada (ITI) se ofrece a los ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones…, la posibilidad de presentar proyectos para nuevas actividades en áreas deprimidas. 130 millones de euros no son mucho, máxime si, como entendemos, la oferta se ha hecho extensiva a toda la provincia. 

Leemos las bases y descubrimos la condición que no puede faltar en estos concursos: la administración cubrirá el 80% del coste del proyecto y el municipio o entidad solicitante deberá aportar el 20% restante. Pero, claro, esto (disculpen ustedes mi ignorancia supina) es como si yo le propongo un negocio de cien mil euros a un pobre de solemnidad y le digo que él debe aportar el 20%, es decir, 20 mil euros…

El llamado Grupo de Despoblación CEDER Alcarria Conquense, como organismo buen conocedor de la comarca, será el árbitro de este concurso.

En fin, a partir de febrero se publicará la convocatoria en el boletín de la Comunidad. Veremos en qué para esto. 





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